jueves, 8 de mayo de 2008

“Es contigo, mi vida, con quien puedo sentir que merece la pena vivir”…

Este mes están pasando cosas increíbles para mí. Será mi primer día de la madre, tal vez estés conmigo para ese día, tal vez te tardes un poquito, el tiempo lo decidirás tú: esta será tu primera decisión, aunque los días estén contados a partir de hoy.

Y el otro suceso mucho más interesante, que lo he dejado entre líneas en el párrafo anterior, es tu presencia. Al fin te veré. Sabré cómo son tus ojitos. Sabré si tu carita tiene algún parecido con los diferentes rostros que me he inventado en mis sueños. Se acerca ese momento que al principio me aterraba pero que ahora me emociona. Me emociona tanto, tanto, que al pensarlo, solo eso se humedece mis ojos, es una de las formas extrañas que tiene la felicidad de manifestarse. Un jaming de latidos de corazón y un breve rocío de felicidad son algunos de los signos que desde ya me produce tu pronta presencia.

He tratado de construir con tu papi un mundo cómodo y fresco para ti. Tu hogar está ansioso de recibirte. Ansioso de oír tus llantitos a media noche o cada dos horas. ¡Qué importa! Tus movimientos, tus despertadas, tus ganas de hacerte sentir son para nosotros la muestra de vida y bienestar que me ofreces…

Tu papi dice: Imagina al chiquilín cuando haga buhbuhbhu… (sonido de llanto del bebé). Y hace el ademán de cárgate y te habla. Amorcito, has creado las mejores fantasías que tu papi y mami han vivido. Tu presencia es inminente y necesaria.

Durante esta etapa que estuviste arrulladito y acurrucadito dentro de mí, tu mami te regaló todas estas palabras llenas de sentimiento, angustia, emoción, euforia, dudas. Aquí sabrás cómo he vivido este proceso tan asombroso. Sabrás cómo gente que ni nos conoce siempre estuvo dispuesta a darnos palabras de aliento y nos aupaban para que continuáramos escribiendo esta historia, que nunca tendrá final. A todos ellos mil gracias por convertir este testimonio en algo menos rígido y unipersonal.

Sabrás cómo el hombre ‘grande’ de mi vida, tu papi, me inspiró para que este proceso fuera aún más bello. Verás cómo tu madre está tan enamorada de él como de ti, cuando lo conozcas sabrás de lo que te hablo, de lo extraordinario que es, pero mejor no le digamos nada para que no se crea. Nuestro primer secreto.

Te recibirá una familia sencilla sin lujos, sin pretensiones, pero una familia que desborda amor para ti. Un mundo sano es lo que tendrás a tus pies mi pequeño príncipe.

Por ahora, dejo secar la tinta para luego, seguir contando con una nueva y fresca nuestra historia juntos como familia.

Tu mami.

martes, 29 de abril de 2008

Gente bella

Bueno amorcito, es hora de hablar de quiénes serán las personas que van a rodearte y de aquellas que no veras tanto pero oirás hablar siempre de ellas. Empecemos: tu familia es grande y bella.

Tu papi y tu mami son aquellos locos que te hablan sin sentido todo el tiempo, más en las noches, cuando nos acostamos en la cama y vemos tus movimientos de cadera. Esas voces llenas de amor y locura pertenecen a tu mami y a tu papi. Hay otra voz que escuchas a diario: una voz más seca y parecida a la de tu padre. Ese es la voz del nonno, un hombre pasivo, quieto, calmo pero con un torbellino de pensamientos que, en momentos, lo secuestra pero siempre lo trae de vuelta a nosotros. Es un hombre de muchas historias y con muchas experiencias, que seguro te contará y tu muy atento las oirás.

Hay otras voces que son familiares para ti. Son como si fueran paquetes de voces, pues las escuchas todas en conjunto y al mismo tiempo. Ellos son nuestros amigos, nuestra familia putativa: una familia que hemos adoptado 100% latinoamericana. Allí encuentras a tu tío ‘cuentero’, el colombiano, que con su rudo tono de voz siempre deja en los presentes su mensaje eufórico. Muy cerca de él está su esposa del mismo país hermano, ella no habla tanto pero cuando lo hace deja los puntos bien puestos sobre las ies. Otros son menos palabreros y más bulliciosos. Seguro vas a recordar la risa contagiante de tu tía venezolana. Ella, sin duda, disfruta de la vida y eso lo demuestra en su estrepitosa, contagiante y alegre risa, sin embargo, su esposo, un chino latino, es como el tai-chi: de palabras pausadas, inteligentes y muchas veces silenciosas. Ellos forman parte de nuestra vida y de nuestra rutina social.

Hay otros personajes sin voces para ti, pero con mucha presencia en las vidas de tus padres. Son personas importantísimas para nosotros y, por los momentos, nos mantenemos en contactos con ellos a través del teléfono o del mail. Tu abuela materna: una mujer dulce, consecuente, trabajadora, noble. Ella hace magia con sus manos y desde que se enteró de tu llegada no ha dejado de armar piezas maravillosas para decorar tu mundo fantástico. La abuela paterna, tiene el mismo don que la materna, solo que ella con sus manos transforma el oro y la plata en símbolos seductores. Ella es única y se defiende sola; ama a sus pichones y disfruta de la vida.

El abuelo materno, un hombre nervioso de amor. Un hombre que no duerme pensando en sus pichones, pensando en ellos. Es inquieto, cauteloso y constructivo. Puede dejar pasar el tiempo mientras él construye mundos de maderas o aviones de guerra.

Los tíos, tienes de muchas formas. Dos hombres, los hermanos de tu mami. Uno es metódico, nervioso pero fiel y noble. El segundo, es más calmado pero menos tolerante pero muy amoroso y cariñoso. Las dos mujeres de tu papi. Está la temerosa y valiente. La que no deja de moverse, la creativa y la sensible. La tía artista. Está la más grande, la intelectual, la mamá, la más tranquila que vela por su pichoncito día y noche, un pichoncito que se perfila como el primo que te enseñará un poco de cómo disfrutar esta vida. Un pillo del bueno. Un niño vivaz e inteligente.

Tienes a otros tres tíos muy grandes: Todos guapos. Todos amantes del fútbol. Uno el más sensible y el exquisito. Su paladar desde niño se inclina por la sofisticación, cosa que produjo en él una interesante fascinación por la preparación y degustación de la comida. Otro es como una avispa defensora. Un chico inquieto y muchas veces en la contra, pero tierno, fiel y muy familiar. Está el músico, el soñador, el galán: la chispa de la casa. Un chico que con su humor y actitud seductora conquistará seguro al mundo.

Hay más gente bella en tu mundo, pero por ahora te presento a estos. En la próxima semana. Te presentaré a tus tías abuelas, a tus bisabuelas y a un sinfín de amores familiares.

jueves, 24 de abril de 2008

Un nuevo amor…eterno

Increíble. Comenzamos a amar a alguien sin conocerlo. Esto es peor que los amores que se originan en el ciberespacio. ¡Estoy loca de amor por mi bebé!. No lo he visto, no sé como será, no sé quien es, pero lo amo. Estoy a su completa disposición. Lo que quiera se lo daré. Eso se los puedo confirmar.

Las fulanas mariposas que nos revuelan en el estomago cuando nos tropezamos con el aquel galán que nos movía el piso; esa electricidad que nos da en la espina dorsal cuando vemos a nuestros esposos, todos galanes, apuestos y seductores, todo eso queda profundamente en la historia cuando se enfrentan a este nuevo sentimiento. No sé de quién estoy tan enamorada, pero mientras pasa el tiempo, una emoción descontrolada invade mi cuerpo inquieto por ver, finalmente, a ese torpe e indefenso cuerpecito que me tiene loca: loca de amor, de emoción, de felicidad. Es la mejor locura que he vivido hasta ahora.

No sé si será un cascarrabias, como el abuelo materno o perdido en sus pensamientos como el paterno. Será cauteloso como el padre o inquieto como la madre. No sé si será tajante como la abuela materna o desafiante como la paterna. Pero desde ya lo amo. Hay madres que dicen que esto es el verdadero amor y que es un amor eterno. Estoy segura, y muchos de Uds me darán la razón, de que es así y que va más allá.

No sé cómo será mi futuro, pero desde ya lo veo efusivo, lindo, dinámico y de muchos aprendizajes. Ojala la vida me de el tiempo necesario para disfrutar y vivir con toda intensidad este amor eterno e irracional, el cual incita a cualquiera a descubrir cuál es el verdadero motivo de vivir.

martes, 22 de abril de 2008

Los últimos días…

Ya uno se encuentra pesado, literalmente. La panza cada día pesa más. El bebé gana más fuerza y más peso: esto se siente. Pero también ganan peso los pésimos comentarios de la gente. No sé si es que en esta etapa final no ponemos más delicadas o bien la gente más necia.

Obviamente llevamos una criatura en nuestro vientre y como es lógico, al acercarse el día del alumbramiento, la barriga nos va creciendo. Esto es lo más natural y normal del mundo. Es imposible que sea lo contrario. Por eso, no soporto comentarios como: ¡Ahh qué grande barriga!; ¡Cómo te ha crecido la barriga!, ¡Qué barriga tan grande! Estoy segura de que si la barriga fuera pequeña, también dirían: ¡Oh, qué barriga tan pequeña! No es necesario decir algo sobre el embarazo cuando ven a una mujer encinta. Todo es tan obvio que sobran las palabras y como ven a algunas de nosotros nos irrita estas frasecitas.

Los últimos días son realmente lentos. Tienes un constante afán a que llegue el día, pero también hay miles de papeleos que debemos hacer y tener listo antes de entrar al hospital. Y convertirnos finalmente en Madres.

Por ejemplo, aquellas madres que trabajamos, debemos casi agendar el día del parto, pues antes de él se deben llenar muchos papeles los cuales se deben llevar al IESS para que te autoricen el permiso de maternidad. Esto es una de las cosas sin hablar de todo lo que debemos dejar listo en nuestro trabajo. Luego, con el tema del seguro es otra cosa, hay que llenar papeles que deben ser enviados a nuestro médico y así firmarlos y sellarlos para que nos preautoricen y poder entrar sin problemas a la clínica. ¿Cómo harán aquellas madres que tienen partos prematuros? Si alguna de ellas lee esté blog que me explique cómo hizo.

En fin, son varias diligencias que hay que cumplir, para que nos cumplan y, por lo tanto, nos quitan el sueño y tiempo. Tiempo que deberíamos dedicar para ajustar detalles para recibir al primogénito.

Otra cosa en la que deberíamos dedicar el tiempo antes de la llegada del bebé es en cocinar varios platos y congelarlos, para que en esos primeros días que estaremos un tanto desubicados en tiempo y espacio, no tengamos que cocinar. Estoy segura de que esto nos facilitará la vida.

Bueno un poco de desahogo no cae mal a nadie

martes, 15 de abril de 2008

Lo bueno está por llegar

Bueno, en poco tiempo dejaré ‘reposar’ el blog porque tendré en mis brazos a mi bebé: mi hijito. Contrario a lo que dicen ando muy relajada y feliz. No me inquieta, para nada las contracciones ni la ruptura de membranas. Seré feliz cuando vea salir mi tapón mucoso. Me encantará conocer aquel elemento baboso que protegió a mi bebé durante todos estos meses. Aunque suene escatológico me encantará. Además, él será el primer aviso, físico, de que quedan pocos días para el encuentro. Tal vez incluso estaríamos hablando de pocas horas, sin embargo, ya el tiempo se resume en dos semanas, máximo: 14 días, para disfrutar a mi hijo.

Tampoco le temo a la lactancia y sus consecuencias sangrientas. No es que esté cruda y sanguinaria, pero me han contado, las malas lenguas, que los primeros días de lactar son terribles. Pues, en algunos casos, los pezones no están bien formados y la succión del bebé los lastima y eso, al parecer duele mucho. Muchas veces, hay mujeres que dejan de lactar justamente por este tema, por el dolor que le ocasiona. Yo espero que eso no pase conmigo. Espero convertirme en una vaca y dar toda la leche necesaria a mi becerrito y vencer cualquier complicación en las ‘áreas pezonales’.

Igualmente, estoy muy dispuesta para disfrutar los desvelos. Todas las madres concuerdan en algo: Aprovecha y duerme todo lo que quieras que luego no podrás dormir jamás. Eso no me quita el sueño. Estoy lista para vivir a toda plenitud los desvelos que me ocasionará mi bebé en sus primeros años y luego en su adolescencia y el resto de mi vida. No me importa. Estoy dispuesta a apostarlo todo por mi hijo.

Estoy lista a aprender todo lo que es necesario para que mi hijo se sienta feliz de haber llegado a este extraño mundo. Hay cosas que serán complicadas, pero nada detiene a una madre feroz…y hambrienta de ser madre.

lunes, 7 de abril de 2008

La paternidad

Hablar de la paternidad, bajo el ojo de la maternidad, es muy difícil. Pues somos nosotras las mujeres quienes desde el momento que nos enteramos que estamos desarrollando en nuestro cuerpo una vida ya sentimos esa inmensa responsabilidad y nace de inmediato ese amor eterno hacia nuestro hijo.

Pero ¿qué les pasa a los padres? ¿Sentirán lo mismo? ¿Cuándo nace ese instinto paternal? ¿Se forma solo cuándo lo ven en vivo y directo? ¿Por qué el proceso maternal y paternal es tan distinto? No me quejo del amor inmenso que me ha aportado mi esposo en estos últimos meses. Siempre ha sido tan cariñoso y atento conmigo, que no tengo quejas en absoluto, pero sé que su proceso de identificación es, evidentemente, diferente al mío.

Empecemos que soy yo quien lo siente, él tiene que aproximarse, tocarme para poder vivir esta grata experiencia. Yo soy la que debo controlar mis nervios y mis fuertes emociones porque sé que, de alguna manera afectan positiva o negativamente, a mi bebé. Yo soy quien debe cuidar de los alimentos que ingiero porque ellos nutren a mi bebé. Desde ya estoy cuidando a mi hijo. El padre se desboca cuidándome a mí, creo que esta exageración deriva en ese instinto paternal del cual intento hablar, pero creo que no es suficiente y por eso me gustaría hurgar entre el cerebro de un hombre a punto de ser padre y saber cómo piensan y qué piensan de este suceso. ¿Cómo lo viven?

Sin embargo, estas inquietas preguntas desaparecen cuando mis pensamientos se remiten hacia un futuro no muy lejano y veo, a la perfección, sin titubeo, a un joven padre babeado por su primer hijo. A un padre con bebé en brazo que trata de transmitirle a su hijo la fascinación hacia un grupo determinado de fútbol. Visualizo la complicidad entre miradas de padre e hijo ante un hecho que la madre, por su condición, no entiende. Esa complicidad de hombres que solo pueden descifrar los hombres. Veo también a un padre comprensivo y cariñoso. Un padre que le enseñará a su hijo a amar a la vida. No obstante, no dejo de tener curiosidad por saber más de lo que sienten ellos, y sé que la respuesta siempre será que es lo mismo que yo. ¿Será?

lunes, 31 de marzo de 2008

Bla, bla, bla y ¿a quién le hacemos caso?

Hay muchas dudas que me saltan a la cabeza cuando me hablan del día del parto. ¿Dolerá? Siempre, desde pequeña, me imaginaba que el parto era un día de mucho dolor. Un dolor que era más fuerte que el de cabeza, que un golpe en la canilla, que un batazo en el estomago. Y talvez por eso, lo veía más bien como un día de terror, sangriento. Obviamente, mi percepción al respecto fue cambiando cuando comencé a entender la importancia de la vida. La importancia de ser mujer y de tener ese don tan milagroso de crear vida. Ya no veo al parto como algo tenebroso, lo veo como uno de los días más importantes de mi vida y del que nunca olvidaré. Estoy segura que mi vida se dividirá en dos, antes y después del alumbramiento.

Otra de las preguntas que me hago para ese día es ¿cuál será la posición que adoptaré para pujar? Muchos se preguntarán, ¡qué pregunta tan rebuscada! ¡Qué ganas de complicarse la vida! Pero cuándo eres mujer y lees sobre este asunto te das cuenta que es importantísimo que nosotras nos sintamos cómodas, nos sintamos protagonistas, que respeten nuestro cuerpo y el cuerpo de nuestro hijo. Repudiar cualquier acto que trastorne el momento y que se quiera imponer. Nadie tiene porque decidir la posición en que te sientes cómoda para pujar.

También me pregunto si mi bebé será recibido por mí o bien saldrá directo a las manos de un pediatra para ser revisado. La primera opción, o más bien escena, me da mucha ilusión. Recibirlo decirle que soy su mami, que lo adoro y que lo voy a cuidar mucho, pero sé también, y este es el escenario que escojo, que es importante que sea revisado y custodiado por un pediatra neonato quien lo revisará y nos dirá que el bebé está bien y compensado. Luego, sé que tendré muchos momentos para abrazarlo y decirle todo lo que se me ocurra.

Sé que mi parto será grandioso. Será lindo. Daré lo mejor de mí para que mi bebé se sienta a gusto en su nuevo hogar. Todos los procesos tradicionales los acataré sin ningún temor. Sé que hay nuevos métodos y escuelas que hacen que el parto sea más natural, pero por ahora me siento segura con mi médico y segura con las decisiones que estoy tomando. Así que lo que te aconsejo es no agobiarte con los consejos que te dan todas las personas que creen que su experiencia es el parámetro de la realidad. Cada quien vive momentos diferentes. Así que esta nueva situación la viviré con placer y sin miedos y haciéndole caso a mi médico.

miércoles, 19 de marzo de 2008

El día del encuentro

Érase una vez una joven mujer que tenía una gran panza. Un día esa gran panza se convirtió en un niño, su hijo, desde ese momento comenzó un gran idilio y una gran historia…

Ojála pudiera escribir lo que va a pasar el día en que, por primera vez, vea, en vivo y directo, a mi pequeño bebé. Escribir todo lo que voy a sentir y, todo lo que él sentirá. Saber, como por arte de magia, todas sus inquietudes y sus angustias a la hora de enfrentar este amplio mundo. Descubrir con facilidad el significado de cada uno de sus ruiditos y tener la respuesta inmediata y rápida para suplir sus exigencias.

Quisiera tener una maleta, como la de los magos, llena de implementos que me ayuden a darle a mi hijo las mejores condiciones, tener un instrumento de traducción simultanea, que me diga a mí lo que mi bebé está diciendo y que le diga a él lo que la mami quiere expresarle. Que el vínculo de comunicación entre los dos no se vea nunca interrumpido por la inexperiencia. Que la maleta contenga polvos mágicos que al verterlos sobre su cuerpecito lo provea de los mejores sueños.

Hace poco soñé con él. Por primera vez vi su carita. Era un niño grande de piel blanca. Tenía poco cabello y negro. Se parecía a mí. Me recordó a una foto mía de cuando era bebé. Era muy cachetón con unos ojos grandes que me miraban sorprendido. En el sueño era un bebé, más que inquieto, curioso. Mirón. Detallista. A través de sus ojitos nos asentía: Ahhh, así que esa voz pertenece a ese rostro, tu debes ser mi papá y tu, aquella señora que llora, debe ser mi mamá. Por fin los conozco. Yo soy su bebé.

En ese sueño yo sabía perfectamente lo que mi bebé quería. Sabía lo que pensaba y también lo que necesitaba. En un momento, con una agilidad de madre con 10 hijos, decidí ponerlo sobre una cama y cambiarle los pañales. Vi en su rostro una cara de alivio y de agradecimiento y le dije a mi esposo: Ves, quería que lo cambiara y lo supe antes de que llorara.

Justo esa lectura de pensamiento y descifrar con facilidad todo el mundo de mi hijo es lo que quisiera aprender antes de recibirlo al mundo. Pero sé que es una misión imposible y que esa comunicación que desde ahora está naciendo se seguirá desarrollando más el día en que nos veamos la cara.

Sin embargo, les puedo decir que desde ya mi bebé sabe que lo amo, que lo espero con mucho amor y que seré una madre abnegada y dispuesta siempre a aprender con él todo lo que el mundo nos deparará.

martes, 11 de marzo de 2008

La maternidad

No es difícil convertirse en madre. Sobre este asunto muchas mujeres me darán la razón. Sin embargo, la maternidad en su significado pleno y extenso de la palabra no es asunto tan fácil. ¿Qué es ser buena madre? Muchos responderán diciendo que una buena madre es aquella comprensible, amable, cariñosa, atenta y dedicada a su hijo al 100%. Esto sería lo ideal, ¿pero creen que las que no ocupan el 100% de su tiempo, no son tan atentas ni tan cariñosas y a veces no suelen ser tan comprensibles, son malas madres?

Creo que hoy en día ser madre es muy distinto a lo que fueron nuestras abuelas e incluso a nuestras mamás. Asumir la maternidad solo como una muestra de amor incondicional, me parece una locura. Obviamente amar a nuestros hijos es algo que en muchos casos es instintivo, pero para formar a un hombre o a una mujer es importante inculcarle también valores y disciplina. A veces, los métodos que aplicamos para cultivar estas raíces, no son del todo comprensivos ni atentos. Sin embargo, son una de las mejores muestras de amor que le dan los padres a los hijos.

Mi madre es un ejemplo de valores. Ella a todos sus hijos les inculcó, a diario, con mucha disciplina, el sentido real de la vida. Ella nos hacía ver que en nuestro alrededor había cosas buenas y otras no tanto. Nos instruyó a ser justos y a horrorizarnos antes las injusticias y saber defender nuestros derechos y de aquellos que son más vulnerables.

Nos enseñó la importancia de ayudar al prójimo sin pedir nada a cambio y, sobre todo, nos enseñó que en la vida hay que ser hombres y mujeres dignos y honestos. Los métodos para que sus hijos aprendieran la lección no fueron del todo amables, con esto no quiero decir que fueron agresivos y que nos dejaron traumas, todo lo contrario.

Mi mamá trabajó siempre, y por lo tanto es comprensible que no siempre estaba dispuesta a atender al 100% a sus hijos. Eso es de humano. Pero a pesar del agotamiento, ella siempre estuvo con nosotros durante el almuerzo y en las noches nos preparaba siempre una rica cena. Ella nos enseñó a ganarnos las cosas con esfuerzo y dedicación. Para mí ella es un ejemplo perfecto de lo que es y debe ser una madre. Yo no cambiaría nada, pero sé que soy distinta en algunas cosas a ella. Sé que tuve un ejemplo a seguir con buenos resultados, no obstante, tengo miedo de no lograrlo, de no ser una buena madre. Tengo miedo de que mi bebé tenga quejas de mí.

martes, 4 de marzo de 2008

Entre verbos y el sujeto

Parir. Un verbo muy usado y aplicado, en todo el sentido de la palabra. Antes podría haberlo conjugado sin que me afectara. Ahora pensar en eso, y en primera persona, me da un poco de terror. ¿Por qué si es algo natural que muchas mujeres ‘conjugan’ sin problema y da mucha felicidad? Porque todas las futuras madres deseamos que las cosas salgan bien, que no duela, que el bebé no sufra y, nos inquieta el futuro sobre lo que nos espera luego de finalizar la conjugación de este verbo, porque este verbo, luego se vuelve continuo. La vida nos cambia y podríamos decir que comenzamos a conjugar otros verbos que antes no formaban parte importante y fundamental en nuestras vidas.
El bebé. Un sujeto que se fusiona, sin dificultades, a varias emociones indescriptibles e incertidumbres que nos incitan con facilidad a vivirlas. Un sujeto que calza a la perfección con cualquier verbo. El bebé duerme. El bebé come. El bebé se ríe. El bebé nos ama. El bebé está feliz…El bebé llora y no sabemos por qué. Un sujeto que nos dará las mayores de las alegrías y las preocupaciones, porque siempre los padres estaremos buscando lo mejor para ellos. Y no exagero. Buscamos que los verbos y los adjetivos que implican y estén vinculados con el bienestar y la felicidad formen parte de su vida.
Este nuevo sujeto que quedará permanente en nuestra vida y esta nueva ejecución y acción de un verbo, que puede que se repita, son las dos muestras de que la vida está entre verbos y sujetos que nos marcan y dirigen hacia otros rumbos el timón de nuestra existencia. Es por eso que hemos decidido, mi esposo y yo, conjugar el verbo parir con felicidad, y los dos al unísono aportándole dicha al sujeto.
Nuestro médico nos recomendó hacer un curso de psicoprofilaxis que es un disciplina que trata de que los futuros padres se preparen y disfruten física, emocional, intelectual y mentalmente el parto y, luego, el posparto y la lactancia.
Es así como el verbo parir se nos ha hecho más humano, más increíble y nos hemos dado cuenta de la importancia que son los sujetos, en este caso yo y mi esposo, de vivir este momento y así darle una grata y acogedora bienvenida a nuestro bebé.
Así que desde ahora estoy preparada para conjugar y vivir a plenitud todo lo que me espera el verbo parir y el sujeto bebé.

viernes, 29 de febrero de 2008

El cordón... cuando llega a ser corbatín

Te hemos visto otra vez. Hemos visto tus rasgos y ya comenzamos a descifrar tu rostro. Creo que te pareces a mí. Otra vez vivimos esos días maravillosos que regala el embarazo que son los días del eco.
Sin embargo, al mostrarle tu retrato a una amiga, comenzó la peor de mis pesadillas. Al verte, ella, me dijo: Cuidado con el cordón que está tapando los ojos y que no se baje y llegue al cuello. ¡Oh no! ¿Por qué tuvo que decir eso?. No puede dormir, no quería que te movieras, pensaba todo el tiempo en dónde estaría ubicado el fulano y peligroso cordón. Fue horrible. Terrible.
Llamé a una hora adecuada a mi médico, quien me dijo: Te explicó: el cordón siempre se mueve de lugar, el bebé también. Si en algún momento el cordón se ubicara en su cuello, no pasaría nada pues aún el bebé no respira por los pulmones. Sin embargo, si el cordón estuviera colocado en el cuello a la hora del parto allí debemos tener mucho cuidado, pero no hay que preocuparse. Sabias palabras que me dieron tranquilidad.
Sin embargo, no conforme leí todos los libros que se me cruzaron por el camino que indicarán que, efectivamente, todo era como me lo dijo el médico. Y ciertamente fue así. No hubo nada que me hiciera pensar lo contrario. De hecho, aprendí que nuestro bebé, mientras está en el vientre, no respira, es decir, la sangre que le transmitimos por medio del cordón umbilical está oxigenada, y eso es lo que le permite en cierta parte vivir. La placenta es la responsable de darle alimentación y, de vez en cuanto, nuestro bebé toma un poco de líquido amniótico, sin que este le haga algún daño. Es decir, solo al momento de nacer respira y llena, por primera vez, sus pulmones de aire.
Aunque todo me preocupa, por que soy nueva en esto, les aconsejo a todas las futuras madres primerizas que cualquier duda, angustia la consulten que su médico quien es siempre el que tiene la última palabra y quien realmente sabe de esto. Lo que puedo decirles es que el cordón es como un juguete indestructible para nuestros hijos y que puede medir unos 2 metros, y también que siempre está enrollado en alguna parte del cuerpito. En fin, es un dichoso elemento que tiene el placer de conocer a nuestro hijo.

martes, 26 de febrero de 2008

Diseñando el nido

Nuestra casa cambio. La vida bohemia, relajada, improvisada y artesanal se ha transformado radicalmente, ya se ve, se nota y se siente. Tu padre y yo hemos comenzado a diseñar un nuevo hogar donde los peligros están fuera de tu alcance. Hemos recogido todo lo que está cercano al suelo y lo hemos elevado, pues estamos pensando en todo: en tu rápido crecimiento y en tu curiosidad.
También, comenzamos a comer en el comedor. Las deliciosas y aliviadas cenas en la cama, mientras veíamos series en la TV, han quedado en el recuerdo. Ahora con una aptitud muy seria y responsable preparamos la comida, servimos la mesa y mientras disfrutamos del menú, oímos música y pensamos en que tenemos que comprarte una silla para comer. Soy terca, lo reconozco y quiero, y te sueño, en una mesita de madera. No me gustan las de plásticos sin gracia y personalidad que venden en los almacenes para bebés. Quiero una mesita que haya sido tallada y pensada para ti. Ojala podamos lograrlo, pues tus padres tienen muchos sueños sobre ti y sobre las cosas que te rodearán.
Tu cuarto está prácticamente listo. Lo hemos pintado de verde, no quiero más azul no quiero estigmatizar tu condición de hombre con un solo color. La vida está llena de hermosos colores alegres, ya te darás cuenta, y por eso tu primer nido está invadido por muchos de estos colores y también de muchos animalitos.
Ya casi todo está listo. Tienes una hermosa cuna, un coche muy moderno y todo terreno, tienes juguetes, tienes toda tu ropita limpia, planchada y dividida por meses. Creemos que cada día estrenarás alguna indumentaria. ¡Te han regalado tanta ropa!.
Muchos opinan que he comenzado el proceso de armar tu cuarto y comprar tus cosas un poco temprano, pero leí que está ansiedad le da a muchas futuras madres y en realidad no afectan a nadie, más bien tenemos ventajas, ya todo está listo para tu llegada, tu nido ya tiene rostro y mientras pasan los días y se ve vacío, tiene la misma ansiedad que yo de rodearte y cobijarte día a día y verte crecer.

jueves, 21 de febrero de 2008

Desfiguradamente feliz

El tiempo pasa rápido. Recuerdo cuando ni te notabas y ahora todo es evidente, tanto que mi barriga a veces pareciera que se desfigura y quisiera, a través de formas extrañas, dibujarnos tu rostro. Me imagino que estás buscando una posición cómoda, porque cada día tienes menos espacio porque resultaste ser un niño grande.

Ya comenzamos, tu padre y yo, a entender las nuevas formas abdominales. Sí, ya sabemos donde está ubicada tu cabecita o tus nalguitas. Y todas las noches, tocamos mi barriga como si fuera buda. La acariciamos para que sientas de manera tangible la textura del amor. Mami, siempre pasa la mano, con la esperanza de que cada día que transcurre, esa barrera que nos separa, se desvanezca.

Hemos decidido estimularte con música, con cantos y con luces. La música definitivamente te tranquiliza. Los cantos te entusiasman y las luces, creo que te molestan, por eso no te las hemos puesto más. Todo esto, lo que me hace pensar es que te va a gustar la música como a mí y a tu papi. Tu padre es un melómano y además un gran conocedor de todos los géneros y sus representantes. Para mi es admirable oírlo hablar de música y de fútbol, definitivamente son sus materias preferidas.

Te gusta mucho que caminemos. Luego de hacerlo estás tan contento que no dejas de saltar y brincar en tu diminuta cuevita. En las noches pareciera que las posturas que adopto no te gustan y te quejas. Para eso, mami no duerme hasta conseguir una posición cómoda para ti y para mí. En casi todos los casos la encontramos, aunque sea tarde, bien de madrugada.

Lo único que me hace sufrir un poco es cuando la acidez y el reflujo me atacan desprevenida. Eso es molestoso, pero como todo problema tiene una solución y mi médico ya me la recetó. Todo lo demás, mi querido hijo juguetón, tu madre y padre están felices por tu presencia, por tus movimientos, por tu vida y nos emociona ver deformarse de vida la barriga.

martes, 19 de febrero de 2008

Y siguen los cambios corporales…

Seguro que aquellas madres veteranas, sabrán de qué hablo y, seguro saben cómo superarlo o cómo no atormentarse con estas nuevas cosas.

Pues sí, además de que la barriga nos crece, nuestros órganos se acomodan en otros sitios, se nos hinchan los pies, nos hinchamos por entero, también sufrimos de cambios que antes de vivir este proceso pensábamos que solo lo sufrían los adolescentes y algunos adultos con mala suerte: hablo de los granos.

Desde que estoy embarazada los granos en mi piel no han dejado de florecer y con ellos sus monstruosas amigas, las verrugas. Sí. Esto es terrible. Saber lidiar con nuestra nueva figura es una cosa, pero ahora, tratar de vencer a las verrugas y a aquellos amigos de cascos blancos, es demasiado- aunque me quejo, volvería a vivir todo esto, sin embargo este es un espacio, para mí, de liberación y catarsis, así que espero que me entiendan-.

Todo comenzó con un grano enorme, luego llegaron otros familiares más diminutos y en la misma zona (rostro), luego conquistaron mi espalda y en seguida invadieron otros lugares, que no vale la pena mencionar.

Luego vinieron las manchas que, afortunadamente, y tal vez porque la cara ya estaba invadida por los cascos blancos, se alojaron en las axilas y en las entrepiernas.

Menos mal que desde un principio comencé a ahogar la piel de mi barriga con aceites y cremas anti estrías. Algunos libros dicen que estas cremas previenen pero no son milagrosas y, por lo tanto, no garantizan nada, pero a mí, por ahora, ellas sí me han funcionado. Así que chicas embarazadas en acción prepárense a vivir cambios de todo tipo, y a estar consciente de que luego del nacimiento del bebé, el 80% de todos estos males desaparecerán con el tiempo, así que: paremos de sufrir.

jueves, 14 de febrero de 2008

Mundo imaginario

No dejo de pensar ni un solo instante en lo qué será mi vida con el bebé. No dejo de pensar en él, imaginármelo cómo será, qué le gustará y cómo serán sus reacciones. Ya la abuela materna se lo imagina cómo un niño travieso. Su padre, quien es de carácter calmado, se lo imagina corriendo detrás de una pelota de fútbol. Otros dicen que será comilón.

Yo me lo imagino viéndome, con unos grandes ojos, y yo, en fin, enamorada de nuevo de la vida y de mi bebé. Es un amor distinto y único, seguro por eso hablan del ‘amor de madre’. También me lo imagino más grandecito con sus pantalones cortos y llenó de vida, feliz y con su mascota ‘Bobby’. Un perro boxers muy juguetón que se convertirá en su aliado, en su amigo inseparable.

No dejo de pensar en él. Es más fuerte que yo. No puedo concentrarme en nada sin que salga de mis labios alguna frase que aluda a mi querido ser. Ciertamente, durante estos meses que puedes apreciarlo ya formado, no hay nada más importante en el mundo que él y es por eso que dicen que las mujeres embarazadas se convierten en seres dispersos y poco concentrados. Debe ser por esto, sin duda.

Quiero hacerle un check a todas las cosas pendientes por comprar antes de su llegada. Ansío llenarle su cuarto de las cosas que creo que le puede gustar. Es así como hemos comenzado a ‘adoctrinarle’ sus gustos.

Su padre y yo hemos decidido que le gustarán los animalitos de granja, la pelota y el color verde. Si esta cuartada nos sale mal, lo que si estamos seguro es que será un ser comprensible y sabrá perdonar estas exageraciones y propuestas de sus padres.

También será un niño que sabrá jugar con los demás, compartir sus cosas y será sensible ante las injusticias de la vida. Entenderá perfectamente que sus progenitores están locos por él y sabrá apreciar cualquier esfuerzo que hagamos por su bienestar. Será agradecido y amoroso. Sabrá que sus padres solo quieren darle una bienvenida preciosa a esta nueva vida, más amplia, con más gente y otras especies y con otros ruidos: un nuevo mundo donde vivirá por mucho tiempo.

No dejo de pensar en él, por lo tanto no dejaré de escribir sobre él y sobre mi mundo imaginario, y pronto real, viviendo con mi ‘fuerte frijolín’.

martes, 12 de febrero de 2008

‘Its a boy’: ‘es un guambrito’

Cuando era una niña había dos días que me llenaban de ilusión. Uno era mi cumpleaños. Siempre soñaba con todos los regalos que recibiría, obviamente porque en esa época ignoraba las crisis económicas y lo caro que es la vida, frases celebres de un ciudadano adulto del mundo actual.

Otro día era la llegada de la Navidad y, por supuesto, de regalos, otra vez mi instinto capitalista en acción. Ahora que han pasado muchos, pero muchos años, los días que me llenan, actualmente, de más emoción, ilusión y felicidad son los días del ecosonograma.

¡Qué increíbles son estos días!. Pido siempre la cita temprano, a primera hora, cosa de llegar y ser atendida y no tener que esperar. Soy impaciente. Mi esposo siempre me acompaña con cámara y grabadora en mano. Para registrar todo.

Este día descubro nuevas cosas de mi pequeño ser. Por ejemplo, este último, en mi semana 19, descubrimos que es grande y su sexo: será niño. Aunque en el fondo de mi corazón sabía de esto. Nuestro doctor, le hizo un estudio completo y fue así como pudimos verle sus manitas, sus piececitos, sus brazos, piernas, corazón y todo va bien. Y eso me emociona más… Al final del examen el médico hizo un 3D de su rostro... Desde ese momento comencé a imaginarlo y a soñar con un boceto de lo qué será él.

Lo primero que hizo mi ser capitalista, y rememorando mi infancia, fue ir de compras y comenzar a llenar su closet de ropita masculina y sus primeros peluches. Ya la ilusión de un nuevo ser comienza a tomar forma y a llenar espacios. Empezamos a ver nuestro hogar con otros ojos y así iniciamos a remodelar, virtualmente, nuestra morada para la llegada del bebé, mientras nacen las discusiones del futuro nombre de firjolín.

jueves, 7 de febrero de 2008

‘Golpes de vida’

Mi embarazo, como ya lo mencioné, ha sido estupendo. Nada que ver con las embarazadas televisivas que se desmayan, vomitan y al verse tan mal, van al médico para que, en medio de la preocupación de ¿qué será lo que me está pasando?, el galeno o la enfermera le diga: Felicidades va a ser madre.

Yo no he sufrido, más bien me he sentido de maravilla y cada día que pasa me siento mejor. Y en este tiempo mejor aún. Sí, aunque mi barriga está cada vez más grande y me pesa y hace que me duela la espalda y que no encuentre una posición cómoda, estoy re feliz, porque siento cómo mi bebé patea, se acomoda, se mueve: eso es algo increíblemente maravilloso.

La primera vez que lo sentí fue a la semana 17. En un avión. Mientras oía ensimismada una canción de Amy Winehouse, específicamente Rehab, sentí algo raro en mi estómago. No era un gas, no era el sonido de mis tripas, no era un animal que caminaba por mis entrañas, era algo más raro e indescriptible. Allí comencé a sospechar. ¡Este debe ser mi frijolin!, pensé y, de inmediato, transmití este pensamiento a mi amado esposo a quien hice que pusiera su mano en mi panza. Y en pocos segundos, sentí lo mismo pero con una intensidad mayor. Lo mejor es que él también lo sintió. No era paranoias mías, era de verdad mi bebé que comenzaba a dar esos ‘golpes de vida’ para demostrarnos su presencia, su entusiasmo, su vida en movimiento.

Luego esas ´patadas’ se comenzaron a sentir más y, diariamente. Hoy en día sé a qué hora mi hermoso bebé comienza a jugar con su único e indestructible amigo: el cordón umbilical… y la madre y el padre se gozan de todo esto. Un momento único. Para quienes ya lo siente sabrán de qué hablo y para las que aún no les pasa, esperen valdrá la pena…

miércoles, 6 de febrero de 2008

‘Cultura popular’ en acción

Ahora si que no hay duda de que estoy embarazada, todos lo notan y todos hablan sobre mi bebé. Todos: ancianas, peluqueras, taxistas, solteras, solteros, en fin, en este momento te das cuenta de lo ‘ignorante’ que eras sobre este tema antes de descubrir que estabas embarazada.

Todo el mundo te recomienda cosas. Te miden la barriga, te pronostican el sexo…Es niña, estoy segura, la barriga está cuadrada…. No es niño, dice otro, mira lo demacrada que está…

Además de todo lo que debemos oír, muchos te dejan mensajes que te llenan de preocupaciones. ¿Y cómo vas a hacer con el trabajo? ¿Dejarás de trabajar, pues ya verás que un niño no es cualquier cosa? ¿Y quién te lo va a cuidar? Ay, que no sea cualquier persona porque he oído muchas historias terribles sobre niñeras…

¡Basta! Dejen que cada madre viva su vida, su proceso y resuelva, en el momento que llegue, sus problemas. Las que han vivido esto saben que tenemos las hormonas alborotadas y que nos ponemos de pésimo humor, por eso les recomiendo ser más sutiles con sus comentarios y ponerse nuevamente en los zapatos de la futura parturienta.

A los más viejitos, con todo mi respeto, les digo que los tiempos cambian y definitivamente cambiaron. Por eso, lo que ellos vivieron es distinto a lo que se vive en estos tiempos.

A los solteros, mejor no activen su verborrea cuando vean a la dulce futura mamá. No sé imaginan nuestros cambios de humor por lo tanto, tantos comentarios y preguntas a la vez, a veces atormentan. No lo tomen a mal, pero nosotras tampoco sabemos todas las respuestas.

No quiero ser antipática, pero hay que hacerle ‘oídos sordos’ a muchas cosas que oímos. A todas las futuras madres les recomiendo que lean libros especializado sobre este tema, hay muchos, unos mejores que otros, pero casi todos muy útiles. Y lo más importante es que oigan y consulten a su médico, quien es el único que tiene la razón y la última palabra.

Finalmente, como ven, las verborreas espontáneas que salen de todos cuando ven mi barriga, en muchos casos, no me agradan como tampoco ‘sobe súbito de barriga’, pero lo que sí me agrada es saber que llevo una vida dentro de mí, que aún no nace y ya alborota a la gente.

jueves, 31 de enero de 2008

Las 12 semanas, un nuevo eco y la barriga más grande

Ya no me queda nada. Parezco una humita mal amarrada. Me siento gorda, pero sé que no estoy gorda, estoy embarazada, pero al mirarme al espejo me veo gorda, así que esta contradicción entre mi razón y mi pensamiento espontáneo me tiene loca.

Las hormonas están sin duda alborotadas. Hoy estoy feliz, hoy no. Hoy te amo, hoy no. Estoy perdiendo la razón, hoy no.

Todas estas nuevas e indescifrables situaciones y sentimientos se unen a una agilidad y actividad nunca vista en mí. Ando con la adrenalina a millón.

Sin duda, cada día y cada momento de esta dulce espera hay un cambio radical en tu cuerpo, en tu mente y en tu estado de ánimo.

Pero lo que me tranquiliza, por decir algo, es que pronto, se acerca el día en el que veré a mí ya feto.

Por otro lado, y no sé si esto me da mucha felicidad, también llegó la hora de guardar en un baúl aquellos ceñidos pantalones y faldas para, con pesar, llenar ese espacio de nueva ropa, pero no esa que babeabas al verla en la vitrina sino aquella rosa y voladita que venden las tiendas maternales. Cada día es más evidente todo… es más evidente que viene en camino otro ser…

¡Vamos!, no estoy gorda, estoy embarazada…. Y al parecer no es tan malo. A la gente le gusta. Todos, conocidos y extraños, se sienten fascinados con esta nueva barriga y tocan al fenómeno y yo muero de iras…

Deben hacer en las tiendas prenatales una camiseta que diga: Mirar, preguntar pero no tocar.

martes, 29 de enero de 2008

Enfrentarse a la criatura

Ya son 7 semanas, olvídate de contar los meses, cuando estás embarazada solo existen semanas, y es el momento de enfrentarte con lo que se está gestando dentro de ti. Tu primer eco. Es un momento tan emocionante que los nervios y la ansiedad no te deja en paz.

Pase por favor, desvístase de la cintura para abajo, póngase esta bata y acuéstese aquí. Abra las piernas y espere al doctor. Llega el inmaculado doctor y comienza con la investigación por los caminos verdes… Y allí aparece el embrión, como llaman a mi frijolin antes de convertirse en feto, desde ya se escucha su corazón…Allí está véalo, dice el inmaculado.

En ese momento piensas que la vida es lo más hermoso del mundo y caes, finalmente en cuenta, que es real, que tu bebé crece y viene en camino.
Es uno de los momentos más espectaculares y al dejar el consultorio ya quieres volver y ver de nuevo a aquel frijolín o embrión convertido en feto.

Aunque mi embarazo ha sido bastante tranquilo comparado a los desmayos, nauseas y malestares que presentan las novelas cuando alguna mujer está encinta. Sufrí de nauseas matutinas y desvelos (me despertaba a las 3 de la mañana), pero no de antojos, cosa que no me agrado ya que me hubiera encantado ver como mi esposo salía a la búsqueda de aquel capricho.

Hasta ahora todo va viento en popa, pero todavía me quedan muchas semanas por vivir este emocionante momento.

viernes, 25 de enero de 2008

Las prohibiciones: cambió de timón en la vida

Luego de que el diminuto instrumento nos dijera que sí que estamos esperando, llegó el momento de ir al médico quien nos corroboraría la certeza del caso. Cuando es tu primera vez, la lista de preguntas es larga y compleja.

“He oído doctor que tengo que comer lo que me provoca porque sino el niño nace muy parecido físicamente al antojo en cuestión”…

Los médicos, definitivamente, deben estar acostumbrados a no poner cara de sorpresa y contestar toda clase de preguntas… Así que no tengas vergüenza y di lo que quieras y lo que te pase por la cabeza.

Hicimos lo que teníamos que hacer, una prueba de orina y sangre. Todo confirmó lo que ya estábamos seguros: seremos padres.

Luego, las recomendaciones del médico. Los nuevos cuidados, los nuevos hábitos y lo que ahora debemos dejar de hacer. Allí comenzaron “las malas noticias”. En realidad, lo que quiere decirte el médico es que tu vida cambió y que si te gustaba la farra y la dolce vita, ahora recátate y recuerda que no estás sola en el mundo. Ahora tú cargas y eres responsable, desde ya, de la vida de otro.

En mi lista de prohibiciones, que es larga, tuve que dejar el cigarro, el café, los ricos martinis de los jueves, mis trasnocho fiesteros… los deliciosos ambientes nocturnos con olor a tabaco, mi gym – no porque éste sea malo sino porque es mejor que en los primeros tres meses te quedes tranquilita, pues las hormonas están tan locas que nuestro equilibrio no es tan locuaz- y dormir temprano y comer bien. Sí, bien… Olvidar la comida chatarra y devorarnos los aburridos pero nutritivos vegetales.

Sin embargo, aunque no fueron del todo agradables todas estas nuevas recomendaciones, no me costó mucho acostumbrarme a este nuevo ritmo y hábito de vida. Y ahora mi cuerpo pide con ansias dormir, comer ricas frutas y deliciosos vegetales bañados en vinagreta…mmmm

jueves, 24 de enero de 2008

La noticia

Un pequeño retraso, de dos días, no aterra a nadie, sobre todo cuando hay algunas que no somos tan puntuales. Pero cuando vivimos con un semental que se perfila como un padre en potencia, cualquier retraso de minutos significa su gran esperanza de procreación y extensión del apellido.

Fue así como el padre de mi futuro hijo insistió en comprar, por tercera vez en un año, un test de embarazo. Sin ninguna esperanza, de mi parte, fuimos a la farmacia, compramos y regresamos a casa.

En el momento de utilizar el aparato ‘detector de vida’, apareció, con una seguridad única las dos rayitas. No había terminado de leer las instrucciones cuando el instrumento de test, me gritaba: ¡sí estás, sí estás….!

Fueron segundos, minutos, en los cuales piensas de todo y en nada. Pero la idea de saber que eres capaz de crear una nueva vida te sorprende. Fue en ese instante que comencé a sonreír…

Ahora llegó el momento de avisarle a los más íntimos. Mi mamá, mi papá, mi mejor amiga, mis hermanos, los amigos íntimos de mi esposo y luego mi esposo, no quería que fuera el último, pero llegó tarde y mi boca explotaba y no podía callar algo tan grande…

El padre de la criatura no podía de la emoción y el aviso de la nueva buena se extendió a su madre, su padre, sus hermanas, sus amigos… y lo que faltaba para que esa ‘íntima’ sociedad se enterara era cambiar nuestro nickname en el MSN y anunciarle al mundo que seremos padres… que estábamos en la dulce espera.