jueves, 24 de enero de 2008

La noticia

Un pequeño retraso, de dos días, no aterra a nadie, sobre todo cuando hay algunas que no somos tan puntuales. Pero cuando vivimos con un semental que se perfila como un padre en potencia, cualquier retraso de minutos significa su gran esperanza de procreación y extensión del apellido.

Fue así como el padre de mi futuro hijo insistió en comprar, por tercera vez en un año, un test de embarazo. Sin ninguna esperanza, de mi parte, fuimos a la farmacia, compramos y regresamos a casa.

En el momento de utilizar el aparato ‘detector de vida’, apareció, con una seguridad única las dos rayitas. No había terminado de leer las instrucciones cuando el instrumento de test, me gritaba: ¡sí estás, sí estás….!

Fueron segundos, minutos, en los cuales piensas de todo y en nada. Pero la idea de saber que eres capaz de crear una nueva vida te sorprende. Fue en ese instante que comencé a sonreír…

Ahora llegó el momento de avisarle a los más íntimos. Mi mamá, mi papá, mi mejor amiga, mis hermanos, los amigos íntimos de mi esposo y luego mi esposo, no quería que fuera el último, pero llegó tarde y mi boca explotaba y no podía callar algo tan grande…

El padre de la criatura no podía de la emoción y el aviso de la nueva buena se extendió a su madre, su padre, sus hermanas, sus amigos… y lo que faltaba para que esa ‘íntima’ sociedad se enterara era cambiar nuestro nickname en el MSN y anunciarle al mundo que seremos padres… que estábamos en la dulce espera.

1 comentario:

Susa- dijo...

jaja y yo soy una de esas chismosas! pero muchas felicidades!!! puedo y al mismo tiempo no... imaginarme el momento! <3 lindo y felicidades a los embarazados !!