lunes, 7 de abril de 2008

La paternidad

Hablar de la paternidad, bajo el ojo de la maternidad, es muy difícil. Pues somos nosotras las mujeres quienes desde el momento que nos enteramos que estamos desarrollando en nuestro cuerpo una vida ya sentimos esa inmensa responsabilidad y nace de inmediato ese amor eterno hacia nuestro hijo.

Pero ¿qué les pasa a los padres? ¿Sentirán lo mismo? ¿Cuándo nace ese instinto paternal? ¿Se forma solo cuándo lo ven en vivo y directo? ¿Por qué el proceso maternal y paternal es tan distinto? No me quejo del amor inmenso que me ha aportado mi esposo en estos últimos meses. Siempre ha sido tan cariñoso y atento conmigo, que no tengo quejas en absoluto, pero sé que su proceso de identificación es, evidentemente, diferente al mío.

Empecemos que soy yo quien lo siente, él tiene que aproximarse, tocarme para poder vivir esta grata experiencia. Yo soy la que debo controlar mis nervios y mis fuertes emociones porque sé que, de alguna manera afectan positiva o negativamente, a mi bebé. Yo soy quien debe cuidar de los alimentos que ingiero porque ellos nutren a mi bebé. Desde ya estoy cuidando a mi hijo. El padre se desboca cuidándome a mí, creo que esta exageración deriva en ese instinto paternal del cual intento hablar, pero creo que no es suficiente y por eso me gustaría hurgar entre el cerebro de un hombre a punto de ser padre y saber cómo piensan y qué piensan de este suceso. ¿Cómo lo viven?

Sin embargo, estas inquietas preguntas desaparecen cuando mis pensamientos se remiten hacia un futuro no muy lejano y veo, a la perfección, sin titubeo, a un joven padre babeado por su primer hijo. A un padre con bebé en brazo que trata de transmitirle a su hijo la fascinación hacia un grupo determinado de fútbol. Visualizo la complicidad entre miradas de padre e hijo ante un hecho que la madre, por su condición, no entiende. Esa complicidad de hombres que solo pueden descifrar los hombres. Veo también a un padre comprensivo y cariñoso. Un padre que le enseñará a su hijo a amar a la vida. No obstante, no dejo de tener curiosidad por saber más de lo que sienten ellos, y sé que la respuesta siempre será que es lo mismo que yo. ¿Será?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser padre es el estado perfecto del hombre. Nosotros también vivimos cada proceso de el embarazo. A nuestra manera. No dejamos de pensar en nuestro hijo y preocuparnos en sus futuros temas. Ser padre, es increible y nos sentimos mejor aun.
Saludos
C uidate Dulce y que tengas una dulce espera.
Marcos Luis.

Anónimo dijo...

Hola Dulce, te saluda Ross, otra vez, acabo de preguntarle a mi esposo qué se siente ser padre primerizo; su respuesta fue: Es una emoción muy grande y hay mucho nerviosismo, por el hecho de no saber cómo va a ser y que como todo el mundo, se tienen muchas dudas.
Mi esposo y nuestro hijo mayor tienen una relación muy fuerte que se desarrolló más desde que el bebé nació, ya que podían estar juntos de una manera más cómoda y compartir los dos solos de muchas cosas. Nosotros éramos padres solteros cuando llegó nuestro bebé a alegrarnos la vida, así que mi esposo debía cada momento, por muy pequeño que fuera, disfrutarlo al máximo; una de las cosas que fue clave para estrechar más los lazos padre e hijo, fue que cuando el bebé cumplió un mes de edad, le dimos su primer baño en la ducha, ese día mi esposo vino corriendo de la universidad y se bañó con su hijo; esto lo hicimos porque según un reporte de sicología, decía que el contacto de los hijos con la piel de los padres estimula el afecto además de sus neuronas y es así como este padre primerizo estrechó los lazos de amor con su primer bebé y hasta ahora son inseparables.
Bien Dulce, una vez más espero que mi pequeño ´´tip´´ te de resultado y despeje una parte de tus dudas.
Les deseamos suerte a ti, tu esposo y tu bebé.

Ross.

Anónimo dijo...

No sentimos pero estamos contantemente imaginandonos con nuestro guagua. Desde el momento que nos enteramos no dejamos de pensar en él y en nuestra vida con él. Te felicito por tu blog. Es muy dulce, encantador, acogedor y muy, muy amoroso. Te felicito tambien por tu bebé. Será una madre encantadora. felicitaciones al papa.

Paúl Cisneros dijo...

Ser padre por primera vez es una tarea que muy pocos hombres nos damos el gusto de decir que es difícil. Dado que a muchos la sociedad nos ha criado de una manera en la que nos es difícil dejar salir todo lo que sentimos, la represión de sentimientos que a veces causa el embarazo de nuestra pareja es algo que incrementa la sensación de los límites que tenemos para identificarnos con nuestros hijos. Ahora que vamos por el cuarto mes de embarazo me doy cuenta lo importante que es para un padre pensar en cómo va a crear ese lazo especial que con la madre existe desde que ella empieza a sentir los cambio en su cuerpo y en su ánimo. Para mí al menos la experiencia del embarazo me ha traído algunos de los síntomas que dicen sufrimos los hombres comprometidos con la causa y que nos desvivimos por mimar a la esposa. Yo lo veo como empatía necesaria para poder estar predispuesto a olvidarte de ti, de lo que necesitas y quieres por pensar en otros dos seres. Muchos hombres no lo dice pero estos meses son difíciles pues muy pocas veces somos parte del interés de la gente que nos rodea como lo son la pareja embarazada o el bebé. Nos volvemos socialmente nada mas que unos facilitadores casi anónimos que reaparecen cuando nos es posible tener una cercanía menos mediada con nuestr@a hij@. La experiencia todavía continua y no puedo esperar a que la panza siga creciendo y se mueva, ni hablar todavía del parto, parece que está tan lejos y es algo tan incomprensible que todavía faltan palabras para opinar sobre él. La paternidad vivida día día creo que es una de las pocas cosas que nos convierte en hombres sin que nos demos cuenta, es algo que cambia la vida, la hace más rica y afortunadamente menos egoísta.