jueves, 14 de febrero de 2008

Mundo imaginario

No dejo de pensar ni un solo instante en lo qué será mi vida con el bebé. No dejo de pensar en él, imaginármelo cómo será, qué le gustará y cómo serán sus reacciones. Ya la abuela materna se lo imagina cómo un niño travieso. Su padre, quien es de carácter calmado, se lo imagina corriendo detrás de una pelota de fútbol. Otros dicen que será comilón.

Yo me lo imagino viéndome, con unos grandes ojos, y yo, en fin, enamorada de nuevo de la vida y de mi bebé. Es un amor distinto y único, seguro por eso hablan del ‘amor de madre’. También me lo imagino más grandecito con sus pantalones cortos y llenó de vida, feliz y con su mascota ‘Bobby’. Un perro boxers muy juguetón que se convertirá en su aliado, en su amigo inseparable.

No dejo de pensar en él. Es más fuerte que yo. No puedo concentrarme en nada sin que salga de mis labios alguna frase que aluda a mi querido ser. Ciertamente, durante estos meses que puedes apreciarlo ya formado, no hay nada más importante en el mundo que él y es por eso que dicen que las mujeres embarazadas se convierten en seres dispersos y poco concentrados. Debe ser por esto, sin duda.

Quiero hacerle un check a todas las cosas pendientes por comprar antes de su llegada. Ansío llenarle su cuarto de las cosas que creo que le puede gustar. Es así como hemos comenzado a ‘adoctrinarle’ sus gustos.

Su padre y yo hemos decidido que le gustarán los animalitos de granja, la pelota y el color verde. Si esta cuartada nos sale mal, lo que si estamos seguro es que será un ser comprensible y sabrá perdonar estas exageraciones y propuestas de sus padres.

También será un niño que sabrá jugar con los demás, compartir sus cosas y será sensible ante las injusticias de la vida. Entenderá perfectamente que sus progenitores están locos por él y sabrá apreciar cualquier esfuerzo que hagamos por su bienestar. Será agradecido y amoroso. Sabrá que sus padres solo quieren darle una bienvenida preciosa a esta nueva vida, más amplia, con más gente y otras especies y con otros ruidos: un nuevo mundo donde vivirá por mucho tiempo.

No dejo de pensar en él, por lo tanto no dejaré de escribir sobre él y sobre mi mundo imaginario, y pronto real, viviendo con mi ‘fuerte frijolín’.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Increíble. Divino. Me deleita leerte y disfrutar contigo a través de este medio esta esperiencia tan sensacional.

Anónimo dijo...

A mi también me molestan con lo de la barriga. Acaso la gente no sabe respetar? Es cómo que si tenemos barriga y por eso le da derecho a opinar...? Estoy deacuerdo contigoq ue se callen..

JFM dijo...

Un hijo es el regalo más maravilloso que la vida nos pueda dar. Recuerdo que yo estaba petrificado del miedo cuando estabamos a la espera de Martina. Cuando ella nació, no sabía si podría con tanta responsabilidad. Ahora, casi 8 años después de ese día tan maravilloso, no puedo concebir mi vida sin esos ojitos brillantes, esa voz tan dulce y esos pies que aún siguen teniendo forma de empanada.

Ningún consejo vale tanto como la experiencia que Ustedes vayan acumulando en esta fantástica aventura de la paternidad.

Un abrazo...