miércoles, 19 de octubre de 2011

Esperando la calma chicha

Amorcito, mi cholito bello, ya verás lo ansiosa y desesperada que soy, pero necesito sentirte más. Ayer mi corazón se paró de la emoción al sentir por primera vez lo que llamamos pataditas. Fue cuando estaba en la relajación de mi Yoga, pero son pocas las veces que puedo sentirte y eso me llena de ansias. Sentirte es de alguna manera una forma de reciproca de comunicación. A qué me refiero, que no me siento en un monólogo contigo, pues sé que esas expresiones que siento y salen de ti son parte de tu comunicación activa.

A veces pienso que no debe presionarte, pues será que eres más pausado, más tranquilo, más relajado y tus movimientos son delicados, pero las mamás y la tuya muy en especial, somos unas ansiosas y queremos sentir con entusiasmo esos golpes de vida. Pero la emoción de sentirte es inigualable, más que aplacar mis angustias es que esos movimientos son un autentico placer, son tus comentarios de vida, son tus expresiones y eso le da una alegria inigualable a mi corazón y activa mi imaginación y mi mundo contigo.

Mi panza es evidente, ya tu presencia se ve, ya estamos en los 5 meses y durante todo ese recorrido las cosas han estado en perfecta armonía. Todo ha fluido, todo ha estado perfecto. Has recibido muchos regalos, hay una enorme alegria entre la familia por tu presencia y tu padre y hermano se bañan de dicha al hablar de ti. Como te he dicho Mateo, tu hermano mayor, es muy creativo y ya sueña contigo, te incluye en tus juegos y te llena de besos, como lo hace con su madre.

Los amo tanto... mis cholitos ¿quién lo diría que este país, que esta ciudad llena de volcanes, serrana y distinta a la mia me regalaría a dos ecuatorianos, dos grandes amores de mi vida?

Te amo, mi dulce y calmado hijo...

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